El mundo del coleccionista es un mundo muy solitario. Vivimos para comprar, juntar, recolectar y finalmente admirar en nuestra ya mencionada soledad, la mayor cantidad de cosas que nos sea posible adquirir, claro que sólo son cosas de nuestro interés, no somos ninguna clase de sucios vagabundos pepenadoes, como mucha gente puede pensar... Hay quienes dedicamos la mayor parte del tiempo a éste oficio, el cuál muchas veces es motivo de gran frustración: pues si bien somos humanos con necesidades fisiológicas imprescindibles (tales como comer, por ejemplo), los coleccionistas hemos mutado de tal manera que podemos ser capaces de suprimir cualquiera de éstas necesidades con tal de poder costear la adquisición de una pieza que nos esté volviendo locos... ¡Oh, espera! ¿es una subasta? Lo sentimos, no has ganado... Esa es otra clase de frustración, una de las mayores.
Las breves líneas anteriores, pueden estar haciendo que concluyas que ser coleccionista no es juego. Es una disciplina.
No sólo entrenamos duro para soportar varias horas sentados frente a la computadora, esperando los últimos segundos de una subasta de siete días de duración en eBay, (o en cualquier otro sitio). No sólo nos negamos a salir a alguna reunión familiar con tal de pasar un día a solas con nuestros preciados objetos de culto, esos pedazos de materia inmóviles, fríos e inexpresivos... No sólo sacrificamos el aguinaldo "prestado" de algún conocido o familiar para comprar un artículo... Pero ya, en serio, los coleccionistas somos mucho más que eso...
Los coleccionistas somos historiadores en un estado amateur, pues gracias a nuestro trastorno recolector, hoy en día tu puedes admirar y conocer de la existencia de un gran póster, o un raro Tazo, o una sublime tarjeta, o un excelso timbre postal... en fin. Los coleccionistas contribuimos a mantener viva la historia, la que vive en los objetos que nosotros guardamos, cuidamos tan celosamente y que tanto trabajo nos cuesta llegar a conseguir...
¡Cálmate, "historiador"! Eso es cosa para los pervertidos morbosos como tú y ya...
¿Ah, no me crees...? Bueno, pues agárrate duro y de donde más te duela, porque estás apunto de tragarte, y morir asfixiado con tus propios argumentos (no es broma, hay gente que en verdad ha perdido la vida después de escuchar ésto que voy a decir). Prepárate para ser refutado al puro y brutal estilo saiyajin: Para quienes sean de México (como un servidor), y que conozcan el Zócalo de la Ciudad De México, deben también conocer (y deberían, pues es motivo de exilio, o al menos debería serlo) el grandioso Museo Del Estanquillo. Pues déjame decirte algo, pequeño amiguito del bosque encantado... Éste gran museo existe gracias a la gran labor (¡de toda una vida!) de nada más y nada menos que del maravilloso escritor Carlos Monsiváis. ¡El también fue un coleccionista!
Chúpate esa... "(Monsiváis)... fue durante toda su vida un gran coleccionista que pudo apreciar un patrimonio que otros no pudieron. No es que juntara chácharas ni basura, tenía la sensibilidad y la visión que poca gente tiene para recuperar el patrimonio cultural de México. Preservó objetos que se hubieran perdido de no ser guardados por él."
- Moisés Rosas Silva, director general del museo Estanquillo.
Después de esto, sobran ya las palabras... Pero si quieres otro gran ejemplo de un coleccionista, que si bien aún no hace de su patrimonio algo público, la importancia que tendrá en un futuro será masiva. Estoy hablando de la gran colección de Quentin Tarantino. Si, él mismo. Si quieres saber más, puedes investigarlo por tu cuenta, no seas haragán.
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Éste blog ha nacido debido a la fuerte necesidad de compartir con todos el amor y el gusto por coleccionismo extremo y brutal. Hard Core. Quiero que éste espacio sea un lugar en el que cualquiera de ustedes pueda compartir sus opiniones y hacer críticas destructivas o constructivas, a todas mis entradas futuras... Hago una invitación también a todos los coleccionistas tímidos y escondidos, para que se liberen de las ataduras de las burlas de sus amigos y de sus novias y esposas y que se atrevan a abrir un Blog como éste, dedicado a la basura invaluable.
Poco a poco iré laborando en el sitio e iré subiendo cosas que tengo que espero puedan ser de interés para todos (aunque con uno me conformo). Y si bien tal vez no todos tengamos material digno de un museo, son cosas que amamos y conservamos por nostalgia y por los recuerdos que nos evocan al verlos una vez más... y una vez más... hasta quedarnos ciegos. Pero, para aquellos frustrados, déjenme decirles que nosotros no nos quedaremos nunca atrás, pues somos los preservadores de la cultura popular mundial... tan maravillosa cómo infinita.
Me despido, sin antes agradecer a quien se a tomado la verdadera molestia de leer esto... En serio, te admiro. Las ingles deben arderte de tanto leer. Mejor ponte a hacer algo porductivo ya, como COLECCIONAR algo. ¿No lo has hecho aún...? ¡¿Que diablos esperas?!
¡BIENVENIDOS TODOS!
*Trabajando en entradas futuras... de muy mala gana.
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